Friday, November 4, 2011

Los gorditos y su fascinación con las motos...

Llevo varios días de estar viendo el mismo fenómeno... Atascada en el tráfico capitalino (y extranjero también), no puedo evitar observar las motos moverse más rápido que yo, avanzar sin mirar atrás, sin contemplar la adversidad de la insolente hora pico...

Pero lo curioso de ese acontecimiento diario, es que las motos más grandes, las más lindas, las más chivas y las más costosas, van entre las piernas de esos seres cuales muñequitos marca Michelin, en contra de las normas de la lógica social.

Sí, un gordito con su gran abrigo gordo, se abre paso entre la mirada de los espectadores envidiosos para pasar de primero ente el semáforo, entre los carros, al lado de camiones y de otras motos más, pero con su brrrumm brrumm de un gran motor de múltiples cilindros e infinidad de caballaje, logra que su público presente se olvide de lo poco estético que se ve su trasero sobre esa poderosa máquina anti-presas.

Me imagino que a 200 km/hr será más estable ese aparato con él encima, a que si su conductor pesara la módica cantidad de 70 kg.

Sí, yo lo envidio, porque no tiene que contemplar el tiempo metido en presa cuando sale de su casa para el trabajo o la U, o cualquiera que sea su destino final, y sí, los boquiabiertos que ven a la Ducati o Aprilia roja SIEMPRE la dejan pasar...

Por qué será que todos los gorditos tienen eso en común? Será q su condición los motiva a buscar un aparato de traslación de mayor acceso a la velocidad?

Pues sea lo que sea, dan una bonita vista a la ciudad, de las motos, claro está... :)

Monday, August 15, 2011

El clima tan cambiante del trópico...

"Qué maravilla este clima de mi país!" Algunos por ahí dirán...

Hoy me levanté para recibir en mi ventana una oleada de grises, que pronosticaban un día frío y rencoroso.

Pero cuando salí del baño, me vestí con una camisa de manga 3/4, para salir y recibir un maravilloso sol al medio día.

Ahora son las 4 de la tarde y llueve, una lluvia ligera que podría deprimir a algunos, pero limpiar las heridas de otros.

Recibí el día de hoy una de esas llamadas, bueno, en realidad dos, de esas que las mujeres que acabamos de pasar por un rompimiento deseamos recibir. Y no las contesté, como dirían mis compañeros, "como corresponde".

Muchas veces este clima tan cambiante nos aliviana el corazón.

En tiempos de lucha, recurrí al autor que más me desagrada para estos temas, a un tipo de libro que me juré jamás leer. Pero es ese momento de crisis el que me motivó a eso, y fue una buena decisión. Sí, porque a veces el cambio es bueno, y en este instante lo abrazo con todo mi ser.

Hago lo que nadie espera de mí. Me visto como no suelo vestirme, me cuido lo que no me cuidaba, y me chineo como nunca lo había hecho. Me quiero como no me había querido.

He decidido no depositar mi esperanza en un desconocido, sino en una industria propia, que me haga feliz a mí. Sé que la gente que me rodea y que me quiere se alegrará también.

Anda el rumor ya, no se ha hecho muy público, pero estas lluvias tropicales me están permitiendo disfrutarme, y el temporal no durará para siempre. Ahorita ya pronto saldrá el sol y en el camino, ya me voy sintiendo feliz.

Tuesday, August 9, 2011

El día esperado llegó

Me gusta escribir mis posts con la mano en el corazón... O en el hígado...

Me da una satisfacción increíble quejarme, regodearme en la posibilidad de que este pequeño mensaje se pudiera poner allá arriba en la Interné junto con toda esa enorme cantidad de información sobre noticias, romances, chismes, historia, literatura, actualidad y antigüedad, y otros tantos razonamientos y desahogos humanos.

Pero me da una fluencia de palabra realmente increíble, que se compara no con un río, sino con una gran gran catarata.

Y desde hace muchísimo tiempo no siento la satisfacción que llegué a sentir hace unos cuantos minutos, cuando faltando 4 horas para finalizar el sexto día de mi cumpleaños, mi primer día de estas 27 primaveras, hice un recuento de mis obsequios para este año.

Recibí muchísima ropa nueva, que me ayuda en esa incapacidad propia para poder vestir bien. Soy incapaz de demostrar creatividad con mi vestuario, no puedo negar que me fascina experimentar.

Una linda cámara fotográfica, porque siempre me ha apasionado la fotografía. Siempre he querido retratar mis experiencias, y esta es mi oportunidad.

Una botija con girasoles, y ese fue el augurio de un giro en vida, ahora miro sólo al sol.

Un precioso marcador de libros, para que no se me pierda el camino en mis viajes literarios.

Una ida al cine, a ver el final de mi saga favorita, con excelente compañía.

El Arquitecto de Sueños de hoy dedicado únicamente a mí. Y galletas de la fortuna hechas a mi medida.

Y tres únicos vuelos a mis destinos favoritos, seguidos de mis ansiadas vacaciones...

Un increíblemente delicioso menú, durante varios días, que varió desde lomito saltado peruano, pollo con salsa de maple y cerezas, spaguetti supremo, pizza, queque, cheesecake, arroz arreglado y otros que ya no recuerdo.

Y la compañía espectacular de grandes amigos, gente que desde hace mucho llegó a mi vida, gente que tan sólo desde hace un par de años. Gente a la que quiero y aprecio, gente que me aconseja, que busca mi bien, que me regaña, con la que comparto todos los días, y otra que ya no veo.

Porque muchos me acompañaron en las cenas, los almuerzos, los desayunos, pero otros se tomaron la molestia de escribirme un mensaje de texto, de poner un post en mi muro y simplemente me pensaron el día de hoy.

Emiratos Árabes, Australia, República Checa, Inglaterra, Canadá, Estados Unidos, México, Guatemala, Costa Rica y Perú... Gente de todo el mundo pensó aunque fuera por unos cuantos segundos en mí hoy, y eso me hace inmensamente feliz.

Dejé ir a una gran ilusión pasada, y lo hice con dignidad, con soberbia y con mucho amor propio y eso vale muchísimo.

Y me dejé engalanar por una nueva mística, una nueva ilusión, que no tengo idea de a dónde me llevará, pero a estas alturas, me he dado cuenta de que no necesito un plan.

Así que me regalé a mi misma una nueva oportunidad, un chance de experimentar, de amarme a mí misma y de dejarme llevar. Un nuevo comienzo, el empezar de cero para el que tanto me he estado preparando, y eso inició hoy, con el color de mi signo en mi ropa, con el apoyo de las personas que más me importan en el mundo y todas las ganas de ser yo, finalmente yo, como quiero ser, como me quiero disfrutar y con la certeza de que lo voy a lograr.

Saturday, July 30, 2011

Sobre entierros y otros rituales...

En ya casi 27 años de vida, nunca he asistido a una boda, pero a entierros... Simplemente me faltan dedos para contar. Nunca he estado en un bautizo, pero he estado en varias primeras comuniones. Y me obligaron a hacer una confirmación...

Estuve en un nacimiento y en un divorcio y conozco de otros muchos más. Y baby showers? Una vez estuve en uno: me nombraron coordinadora de uno, sin conocer a la mamá, y le tuve que organizar el evento y comprarle TODOS los regalos con la cuota de mi clase de Introducción al Derecho de la UCR, y saben qué? No quedé nada mal...

No sé nada acerca de los rituales de la sociedad, pero me gustaría haber sido partícipe de alguno menos macabro.

De la infinidad de mis entierros, sé de suicidios físicos y morales.

Fui a uno católico en el que la homenajeada no profesaba la religión y otro en que el que la patóloga estaba presente y era simplemente una intención que por desgracia, no coincidió con el día escogido...

Presencié el suicidio laboral hacia una empresa a escasos dos meses del despido y vi la intención de darse a respetar de una jefe abrumada por un plantel años luz más colmilluda que ella.

Vi el resurgimiento laboral de alguien atrapado en una avalancha de abucheos públicos y el homicidio de un gran profesional que se encontró en la pintura artesanal.

Observé de lejos el desfallecer de una mujer que se metió en el matrimonio de otra para hacer sufrir a los hijos de la esposa y ahora a sus hijos sufrir por sus malas decisiones.

Los gringos dicen que Karma is a bitch y no dejan de tener razón, y lo que uno hace, se le devuelve.

Intento vivir mi vida dejando vivir a los demás, pero no me gusta que me atropellen, ni que me pasen por encima. Usualmente le digo a quienes tienen razón, que la tienen, pero a los que no, les hago ver mi punto de vista y bueno, ya está. Si lo toman bien, y si no, también.

Me gustaría casarme en una boda íntima algún día con un hombre que me ame, que me quiera y que me respete, con mi familia inmediata presente para acompañarme a celebrar. Y envidio enormemente a las mujeres que a mi edad tienen un bebé en sus brazos, que han podido dar vida y que han llegado a conocer ese grado de felicidad.

Pero poseo un gato que me quiere más que los otros que he tenido. Que me da alergia. Que me espera detrás de la puerta cuando regreso del trabajo. Y al que no le doy de comer.

Y realizo un trabajo en el que por unas cuantas horas de servir a los demás, puedo visitar lugares impensables, y pasar un día en un extremo del continente y otro día en otro.

Y leo libros en busca de un amor incondicional e irreal que no poseo y que no hago nada por encontrar, y añoro la vida con dinero en el banco aunque me fascina gastar.

No sé en qué momento la vida me premiará con un hijo, ni con un trabajo que en ciertos días no me avergüence, ni con ese inexistente príncipe azul, pero cuando me muera, a pesar de que profese que hay que celebrar el paso a la nueva vida libre y sin ataduras y que todos los presentes son un atajo de egoístas y falsos, espero que alguien me extrañe, que se derramen un par de lágrimas por mi ausencia, y que pueda pensar que algo dejé, una pequeña huella en este mundo, que no permita que me vayan a olvidar.

Monday, July 18, 2011

Agosto no es el mes para comprometernos... Y lo que queda de Julio mucho menos...

Tengo una amiga a quien nunca veo pero siempre leo... Una personita que aunque compartí muy poco con ella, Dios la puso en mi camino para inspirarme y darme la oportunidad de comprender que en cualquier momento de nuestras vidas, podemos reinventarnos y cambiar y mejorarnos a nosotros, hasta convertirnos en alguien de quien estemos orgullosos... Irene, este post te lo dedico a vos.

Hace tiempo este título ronda mi mente... Y es que hay tanto tras de él... Ahora es el tiempo de escribir algo acorde con lo mucho que significa para mí.

Un par de veces en mi corta vida he soñado con una persona para compartir el resto de mi vida, para tener hijos y ser feliz. Y un par de veces esto no ha resultado como lo pensé. Pero unas muchísimas veces he creído ser capaz de hacer cosas que a último momento no puedo, ya sea por falta de fuerzas, ánimo o voluntad...

Mi peor pecado es la falta de paciencia. Todo lo quiero ya, y planeo cosas a largo plazo, pero llega un punto en el que la espera realmente me desespera y simplemente no puedo estancarme en el qué será...

Así que he decidido reinventarme, dejar todo en manos de Dios, empezar de cero, con todas las fuerzas del mundo, para poder descubrirme realmente, para poder intentar experimentar con quien soy y con lo que quiero de mí.

Quiero soltar mis ataduras, soñar con un nuevo mundo en el que disfrute de mí misma, de lo que hago, de cada día. Quiero abrazar la vida y el placer de vivir... Y dejarme llevar.

Quiero volver a encontrar el gusto en cada momento y en cada sensación, y sentir. Sentir el aire en mi cara y ver el color en el ambiente.

Y quiero dejar de oír lo malo. Poner a funcionar el fascículo de Oort y tomar las notas musicales que adornan mi alrededor y escuchar únicamente lo que me pueda beneficiar, no las falsas promesas de un futuro mejor.

Quiero ver los hechos, los actos, las acciones que demuestren que en efecto hay interés.

Por eso no quiero un anillo, y mucho menos para mi cumpleaños. No sólo me parece de mal gusto, sino que no es el momento. Quiero alguien que me quiera por lo que soy, y en este momento no sé quién soy. Me siento como una hoja en blanco y quiero pintarme de muchos colores, hasta que quede pareja y me sienta feliz.

No quiero un compromiso porque los demás lo tienen. Quiero crear mi propia historia y que me respeten por lo que soy, que me amen intensamente, despacio y con ternura, con detalles, besos, caricias y pasión.

No quiero comprometerme con nadie, porque en este momento no puedo comprometerme ni siquiera conmigo misma. Y es que tampoco puedo hacerlo, no estoy lista para esa clase de responsabilidad, para decirme lo que quiero y cómo lo quiero. No. No es el momento, porque simplemente no lo sé.

Así que hoy me propuse cambiar. No quiero perder más mi tiempo, ni hacer perder el tiempo a nadie mas. Voy a dejar atrás el dolor y la angustia y voy a ser sincera conmigo misma.

Y si la nueva yo no me gusta, siempre lo puedo volver a intentar...

Friday, July 8, 2011

Trabajo para estudiar o estudio para trabajar?


Gracias a Dios pude adentrarme en esta aventura con una profesión ya ganada. Fue simplemente un acto que surgió, así no más, como si el de Arriba tuviera un plan para mí, una forma de evitar que mi forma dispersa de ser encontrara una pared, una limitante, y que en el camino yo pudiera acoplarme al mundo, sin necesidad de pasar hambre.

Me encontré un día uniformada de negro, con maquillaje en la cara, con las uñas pintadas, estudiando para aprender a manejar botellas de oxígeno, kits de primeros auxilios y balsas para usar en alta mar.

Algo inexplicable, algo irreal. Un par de meses después estaba yo detrás de un carrito de bebidas y no lo podía creer… Cuatro años después de una carrera de medicina fallida y dos más de periodismo de la que me gradué, y en el medio alemán, japonés y derecho… En esto terminé?

Fui tan inmensamente feliz la primera vez que puse las alas en mi uniforme, y aún más la primera vez que esas primero 88 y luego 184 almas estaban a mi cargo… Qué importante! Toda esa responsabilidad en mí! Y yo… Yo sería capaz? Lo fui. Esas veces lo fui. Y aún no me lo creo…

El decano de mi facultad dijo que era parte de todo periodista querer experimentar, querer sentir ese ambiente de libertad, de no estar dentro de una oficina sino ir más allá, y que ese período de maravillarse del mundo duraba cerca de dos años, así que ya mi tiempo se cumplió. Y no sé qué hacer.

Empecé a buscar alternativas. Qué tal si retomo lo olvidado, lo que dejé algún día en el baúl de los recuerdos, pero empiezo de cero, dejándolo todo atrás? O si continúo con lo que dejé a medias? O simplemente me quedo aquí, en un nuevo charco que ahora se hizo a mi medida, muy cómodo y servil?

Creo que todos estudiamos una profesión para poderla llegar a ejercer en determinado momento. Nuestra intención es cumplir con una vocación en algunos casos, y en otros, llegar a poder hacer mucho dinero y darnos una vida de lujos, comodidades, y un poquito más de paz.

Pero qué tal si en el camino nos tropezamos con una alternativa que a medias nos cumple alguno de los requisitos anteriores? Qué tal si nos encontramos en un punto en que no sentimos vocación, sino tan sólo necesidad o confort?

Quisiera que este fuera el momento para poder tomar esa gran decisión, pero ahora estoy depletada de vigor, de fuerzas y energías y me hace falta la paz mental suficiente para decidir mi futuro en este momento. Además, cómo cuesta decidir qué hacer con nuestras vidas, no?

Wednesday, June 29, 2011

Como si fuera un diario...


Hay momentos en la vida en la que muchos de nosotros necesitamos desahogarnos. Hoy ha sido mi día de catarsis, mi día de toma de decisiones, el momento inoportuno en que necesitaba dejar salir toda la basura que había en mi baúl, producto de problemas propios y ajenos, sulfures, calores, angustias y decepciones de días, meses y años atrás...

"Inoportuna" es realmente la palabra. Porque hay días en que no nos levantamos tan bien. Días como hoy, en que la felicidad no se siente, en que la tristeza abunda y en que el odio hacia el mundo entero se equipara con el odio que sentimos hacia nosotros mismos. Estoy siendo muy ruda, o es que hay alguien más en el planeta que se ha logrado sentir como yo alguna vez?

Algunos han llegado a pensar que es exceso de tiempo libre, yo simplemente detesto tener un punto de comparación, o intentar igualarme con la normal, porque nunca en mi vida he logrado ser, ver, sentir u oír como los demás. Siento en exceso, pero no veo nada. Es mi forma de ser, despistada, algo perceptiva y sumamente inusual. Y no, las reglas del mundo no se me aplican a mí. Simplemente no son útiles y las medicinas no me podrían equilibrar.

A veces olvido cosas, pero nunca a lo que amo. Y si doy lo mejor de mí, me decepciona que alguien a quien valoro no lo haga también. Me emociono, y me afecta mucho cuando los demás no sienten con esa intensidad con la que siento yo.

Desearía que hubiera alguien en el mundo que disfrutara de las mismas cosas que yo, para poder tener con quién compartir, pero detesto que me impongan cosas, que me obliguen a seguir esquemas, porque amo las sorpresas y usualmente mis mejores momentos los he vivido sin planes y sin estrategias. He vivido mejor así.

Me evito los problemas a toda costa, lo que me ha hecho muy tolerante, pero aborrezco cuando la gente me queda mal. Siempre. No hay cosa que me haga sentir peor en el mundo. Porque intento a toda costa no quedarle mal a los demás.

Intento sonreír desde adentro, con ganas, y sin preocuparme de si en unos 3 o 5 años esa carcajada me produzca líneas de expresión. Porque cada instante se disfruta tan sólo una vez.

Trabajo por el dinero, creo que como todos los demás, pero nunca tengo, siempre me falta, porque me encanta comprar regalos, hacer que los que quiero se sientan pensados y presentes en mi vida y qué mejor forma? Algo encontrado en el azar, justamente para alguien especial.

Creo que simplemente no estoy hecha para vivir en sociedad. Porque hoy odio a las personas a las que sirvo, hoy no disfruto de una pasión, hoy perdí el interés en servir a los demás. Hoy no encontré belleza en mi rostro, ni en mi cuerpo y mucho menos en mi interior. Hoy no quedó nada en mí de lo cual sentirme orgullosa ni por lo cual sentirme feliz. Hoy no fue un día para planear una conquista, ni para hacer cambiar a alguien de opinión y mucho menos para buscar una inspiración.

Hoy se trató de un desahogo, de un descanso a la pasión y a la intensidad con la que vivo o trato de vivir cada uno de mis días. Y por dicha ya falta una escasa hora y media para que el día se acabe, porque vivir así cansa y deprime y no quiero eso para mí.

Mañana será otro día.